Existen algunos tipos de incendios que no pueden ser extinguidos con agua o espuma, porque esos elementos generan riesgos. En esos casos, se utilizan los sistemas gaseosos de extinción de incendios, que trabajan por sofocación y enfriamiento.

Anhídrido Carbónico
El CO2 es un gas inodoro, incoloro, anticorrosivo, no conductor, y de bajo costo. Es No apto para ambientes ocupados ya que el sistema de extinción del fuego es por sofocación. Reduce el oxígeno en el ambiente a proteger, lo que genera riesgo de asfixia.

Para lugares incómodos y poco prácticos, la protección inalámbrica puede ser la respuesta. Los sensores SWIFT wireless le brindan opciones nuevas para diferentes aplicaciones. Detectan incendios, igual que sus equivalentes con cables, mientras que proporciona flexibilidad de instalación en un formato inalámbrico. 

Los sistemas inteligentes de detección de incendios que comercializa Extinred identifican de manera automática las alarmas de detección de humo, temperatura y llama. Los formatos más frecuentes son son los detectores ópticos, que se complementan con avisadores manuales que generan una alarma acústico-luminosa.

Estos sistemas se aplican en instalaciones con reducidas áreas que deban protegerse contra de incendio. Los mismos cuentan con un panel principal, donde se administran por zonas identificables los detectores De humo y avisadores manuales, para dar lugar una alarma acústica/lumínica u otro evento.

Poseen un alcance de sensibilidad que va de 0.005 a 20% de nivel de oscuridad. Los sistemas por aspiración VESDA detectan el fuego en la etapa más temprana posible y mide eficazmente concentraciones de humo muy bajas o extremadamente altas.

OSID de Xtralis
Los grandes espacios abiertos (aeropuertos, estaciones de ferrocarril, estadios y centros comerciales) plantean desafíos únicos a una fiable detección de fuego debido a su naturaleza y Limitación ambiental.

Extinred trabaja con sistemas de control de atmósfera explosiva que sensan de manera permanente los elementos que componen el aire del ambiente a proteger, para detectar posibles factores desencadenantes de una explosión.